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martes, 28 de agosto de 2012

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lunes, 6 de agosto de 2012

Sobre las actividades lúdicas (Ale Chío Izt2)


SOBRE LAS ACTIVIDADES LÚDICAS

La educación es una actividad social que incide directamente en la construcción de individuos, por tanto de relaciones entre personas a inmediata y a máxima escala. Los distintos contextos culturales, con sus manifestaciones específicas, son una muestra de la diversidad de culturas que existe en el Distrito Federal. Son claras las diferencias entre las distintas poblaciones con las que trabajamos en los 19 planteles del IEMS, de Milpa Alta a Miguel Hidalgo, de Venustiano Carranza a GAM 1, de Iztapalapa 2 a Azcapotzalco, los estudiantes y la comunidad en general es diversa. Como  docentes que conviven con una pluralidad de formas de ser, de comportarse y de relacionarse socialmente, consideramos necesario la observación e inclusión de otros discursos, otras cosmovisiones y otras prácticas culturales en la construcción de herramientas que permitan un aprendizaje significativo. Creemos que los conocimientos son un punto de partida para formar y orientar a la construcción y desarrollo de seres humanos íntegros y felices; y para que, con esos conocimientos aprendan a construir herramientas que les permitan interactuar en el mundo.

“Una teoría de la educación siempre supone una filosofía, una cosmovisión filosófica; pero, además, si no tiene una filosofía adecuada, corre el peligro de ser ciega con respecto a los valores y principios que se requieren para formar un tipo concreto de ser  humano. Pero, sobre todo, una teoría de la educación supone una filosofía en la medida en que presupone una imagen de ser humano que es la que trata de alcanzar. Es lo que va a conseguir justamente por medio del proceso educativo.” (Beuchot: México, 2007, p. 22)

Por ello creemos pertinente proponer dinámicas de enseñanza-aprendizaje que puedan adecuarse a los diversos contextos culturales a los que nos enfrentamos los profesores del IEMS. Nuestra propuesta pretende ser inclusiva, ya que promueve el diálogo y la solución en conjunto a problemas planteados.

Este taller hunde sus raíces en algunas filosofías de la educación, como la pedagogía del oprimido, de Paulo Freire, la hermenéutica analógica, de Mauricio Beuchot, aspectos metodológicos de la filosofía para niños, de Matthew Lipman, y ciertas ideas sobre la educación, de John Dewey.

Sobre la aplicación de la hermenéutica analógica, nos dice Mauricio Beuchot:
“[…] la hermenéutica también nos ayudará porque tiene una orientación seria y competente al momento de plantear el problema del pluralismo cultural, de modo que ayude a resolver el problema del multiculturalismo, esto es, que nos conduzca a la construcción de un estado plural, el cual admita varias culturas sin cometer injusticia a ninguna de ellas. Y que, de esta forma, la educación recoja de manera equitativa o proporcional (analógica) las diferencias dentro de un margen de semejanzas; de eso se trata en la analogía, y en esa línea debe andar una hermenéutica analógica, sobre todo planteada para la educación, ya que ésta consiste en la transmisión y la recepción de la cultura, a veces híbrida y compleja.” (Beuchot: México, 2007, p. 16)

Este taller también responde a la búsqueda de otras narrativas de enseñanza. Partimos de la idea de que enseñar implica aprender, que la enseñanza es una actividad creativa que nutre al profesor en su labor profesional, pues enseñar implica investigar, transmitir, contagiar. En ese sentido, la característica de este taller es que ofrece caminos alternativos para enseñar filosofía, y que se pueden adecuar a diferentes poblaciones.

“Dado que en la analogía predomina la diferencia sobre la identidad, porque en la semejanza hay más diferencia que identidad, un pluralismo cultural analógico tratará de respetar lo  más posible las diferencias, buscará fomentarlas lo más que se pueda, pero sin perder nunca la posibilidad de algo común, de alguna manera de universalizar.” (Beuchot: México, 2007, p. 17)

Retomamos algunas ideas de Matthew Lipman acerca de convertir el aula en una comunidad investigativa. Algunas de las ideas de Lipman, si bien son pensadas para niños, se adaptan muy bien a nuestras comunidades de adolescentes, además de complementarse con las ideas que ya señalábamos de Beuchot sobre la educación.
“Todo niño debería ser alentado a desarrollar y articular su propio modo de ver las cosas”. (Lipman, Matthew, La Filosofía en el aula, pág. 171)
Lipman parte de las premisas de que la mente no es un recipiente listo para recibir información, que los niños aprenden cuando participan de manera activa en una exploración. Este taller es precisamente eso, una exploración empírica a algunos problemas y teorías filosóficas, por eso es importante que los estudiantes la vivan y así construir significados a partir de su experiencia. En este punto parece coincidir con John Dewey, otro filósofo que plantea la experiencia como parte fundamental de la educación. Desde de su postura pedagógicas, Dewey creía que el trabajo más difícil que tenía el maestro era el de “reincorporar a los temas de estudio en la experiencia” (Dewey: 1902, p. 285). Dewey pretendía construir una escuela experimental que diera prioridad a este aspecto.
“Cada vez tengo más presente en mi mente  la imagen de una escuela; una escuela cuyo centro y origen sea algún tipo de actividad verdaderamente constructiva, en la que la labor se desarrolle siempre en dos direcciones: por una parte, la dimensión social de esta actividad constructiva, y por otra, el contacto con la naturaleza que le proporciona su materia prima. En teoría puedo ver cómo, por ejemplo, el trabajo de carpintería necesario para la construcción de una maqueta será el centro de una formación social por una parte y de una formación científica por otra, todo ello acompañado de un entrenamiento físico, concreto y positivo de la vista y la mano” (Dewey, 1894).
Así, parte de la intención de este taller es reincorporar la experiencia en los procesos de aprendizaje, fomentar la construcción social constructiva en grupos de investigación, en los que la participación activa y el diálogo sean los ejes rectores del proceso de enseñanza-aprendizaje.

Alejandra Chío
DTI. de Filosofía del plantel Iztapalapa 2

BIBLIOGRAFÍA

Beuchot Puente, Mauricio
Hermenéutica analógica y educación, Universidad Iberoamericana Torreón, México, 2007.

Dewey, Jonh
Experiencia y educación

Freire, Paulo
Pedagogía del oprimido
Editorial Siglo XXI
México, 2005

Lipman, Matthew, et. al.
Filosofía en el aula
Ediciones de la Torre
España, 1998